25 sept 2008

ISLA DE FLORES: Labuan Bajo, Rinca y Komodo. Agosto 2008.




La Isla de Flores forma parte de un archipiélago, las islas menores de la Sonda. .
La costa oeste de la Isla de Flores es uno de los pocos lugares, junto con la islas de Rinca y Komodo, donde se puede encontrar el Dragón de Komodo en estado natural. Antiguamente, este gran lagarto se alimentaba de elefantes enanos del género Stegodon y roedores gigantes que se extinguieron poco después de la llegada del hombre a la isla. Hoy día, se alimentan de bufalos, ciervos, monos, etc..

En septiembre del año 2003 se encontró una especie de homínido en la cueva de Liang Bua al oeste de la isla. Desde entonces se ha conocido el hallazgo como ¨"Hombre de Flores" (Homo floresiensis). Parece ser una versión menor de Homo erectus de alrededor de 100-110 cm de estatura. Parece ser que existió hasta hace unos 18.000 años o incluso menos.



Volamos de Bali a Labuan Bajo en un avión de hélices, pudiendo obervar las dieferentes islas del aire: Lombok, islas de la Sonda, etc. Llegamos a Flores, cuya capital Labuan Bajo, era muchísmo más modesta que Bali y los hoteles nos parecían muy básicos. Al volver de nuestro crucero por las islas de Rica y Komodo, nos parecerían hasta lujosos.
Labuan Bajo no tiene mucho que ver, exceptuando el puerto, las viviendas de los marineros y sobretodo, las extraordinarias puestas de sol.
Al día siguiente, embarcamos para dirigirnos al Parque Nacional de Komodo, donde podríamos ver los afamados dragones de Komodo. Llegamos a la entrada y acompañados de los rangers, iniciamos una caminata por la isla de Rinca y vimos algunos dragones en libertad.


El dragón de Komodo es el lagarto más grande del mundo. Es un animal solitario, excepto durante la época de cría, y es territorial. Caza durante el crepúsculo hasta que se hace de noche. Caza sorprendiendo a las presas, aunque puede correr a velocidades que llegan a los 20 km/h en distancias cortas.

Sus dimensiones alcanzan los tres metros de largo, con más de ciento cincuenta kilos de peso, que justifican con amplitud el apetito insaciable de este depredador de jabalíes,ciervos y monos. Su gran boca se encuentra poblada de dientes cortantes de varios centímetros de largo; asimismo, sus uñas, robustas y curvadas, constituyen un precioso elemento para la defensa, junto con su cola, larga y musculosa.
En cuanto a sus costumbres, el dragón de Komodo permanece casi inmóvil durante el día, refugiado en su madriguera, cavada por él mismo a cubierto de la vegetación o bien a pleno sol, en la arena o a cubierto de alguna roca.
La cría de Komodo posee unos vistosos colores y gusta de trepar por los árboles. Una vez llegado a la edad adulta mudará los atractrivos colores de su piel y adoptará unos hábitos enteramente terrestres.
A pesar de su tamaño tiene las mismas costumbres que el lagarto común y así, están encantados tomando baños de sol recostados sobre alguna piedra templada.
El dragón de Komodo es un animal caníbal, se alimenta crías jóvenes, de viejos o enfermos. Aunque la presa sobreviva a un ataque efectuado por este reptil, morirá por una infección por la presencia de, un mínimo de, cuatro tipos de bacterias patógenas que se encuentran en las fauces del dragón de Komodo. El reptil acosará a su presa enferma hasta que caiga muerta, momento que aprovechará para comérsela.
No necesita beber, aprovecha enormemente el agua de la comida y excreta en pocas cantidades este líquido. Alcanza la madurez sexual a los 5 años de vida. La hembra pone entre 20 y 40 huevos. La incubación dura 8 meses.


Después de ver, los komodos, que nos decepcionaron, pues esperabámos otra cosa, volvimos al barco, comimos, nos bañamos, hicimos snorkel y bebimos y bailamos a bordo, ya que montamos una pequeña fiesta y la música de los móviles, amplificada con un casete nos servía de discoteca. Dormimos a bordo y al amanecer, disfrutamos de una hermosa salida de sol. Visitamos el parque de Komodo, los dragones estaban dormitando al sol y nos fuimos al pueblo de Komodo y sus modestas viviendas. Regreso a bordo, comida y baño.


Vuelta a Labuan Bajo, espectacular puesta de sol y cena en el Paradiza Bar.


Vuelo a Bali, un día de relax y últimas compras para tomar el vuelo transoceánico a Europa, que nos devolvió a nuestros lugares de origen.


Y aquí finaliza, el relato de mi viaje por Indonesia, que aunque falta mucho por ver, también fueron muchos los sitios y lugares que visité.


Un cariñoso recuerdo a los componentes del grupo Bintang, con los que compartí muchos momentos de alegría y diversión: Txema y Garbiñe, Oriol y Belén, Rosi y Almudena, María y Vanessa, Albert y Sonia, Cristina y Carmelo, Nerea y Juan Carlos, Xabi y Alvaro.



SAMPAI JUMPA LAGI, INDONESIA ¡ (Hasta pronto).



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