3 ene 2009

LUXEMBURGO, el Gran Ducado. Agosto 1996.



 El territorio del Gran Ducado de Luxemburgo es uno de los más pequeños de todos los estados europeos. Tiene fronteras con Francia, Bélgica y Alemania.

Debido a su tamaño y la importancia de sus vecinos, Luxemburgo es más conocido por su papel en el mundo de la economía y las finanzas que por sus atractivos turísticos.

En 1961 junto con Bélgica y Holanda creó el Benelux, el primer mercado de libre paso de mercancías del mundo.

 El pequeño ducado de Luxemburgo, por su situación entre naciones con más peso específico, se ha visto notablemente influenciada por ellas. Los elementos artísticos más interesantes los encontramos en la propia capital, Luxemburgo, donde aparece una extraordinaria arquitectura militar en su fortín, buenos ejemplos de arquitectura civil en muchas de sus viejas mansiones y el Palacio Ducal. Pero tal vez el mejor ejemplo de la influencia artística que ha sufrido esté en la catedral que recoge diferentes estilos. 

La ciudad de Luxemburgo está estratégicamente protegida por las profundas hoces que forman los ríos Alzette y Pétrusse. Fue originariamente un fortín defensivo que, más tarde se convirtió en ciudad. La parte más antigua es la que ofrece los puntos más interesantes para el visitante. Esta zona histórica se aglutina, a través de calles estructuradas en cuadrícula, en torno a las plazas d’Armes y Guillaume II. La primera se encuentra rodeada de cafés y restaurantes, la segunda alberga el principal mercado de la ciudad y en su derredor se sitúan los principales edificios
administrativos del ducado.
 La catedral de Notre-Dame se encuentra en uno de sus flancos. Esta construcción fue levantada entre 1613 y 1618 y alberga numerosos estilos, desde el gótico al renacentista, su principal elemento distintivo es su esbelta aguja negra.

El Palacio Grand-Ducal es otro de los edificios emblemáticos que encontramos en la población. Inicialmente era el ayuntamiento de la ciudad, pero la familia real de
 Luxemburgo lo convirtió, el siglo XIX, en su residencia oficial. Los otros puntos interesantes de la ciudad son el Museo Nacional, formado por varias mansiones antiguas reformadas; el museo Pescatore y el Centro Europeo.
Mención aparte merece la visita del recinto amurallado formado por las antiguas defensas: el fuerte Rocher de Bock. Este bastión, que aprovecha la abrupta orografía del terreno, todavía permite una magnífica visión de su carácter inexpugnable. Las fortificaciones más grandes y más interesantes son las casamatas del Bock y, pasado el arco que describe el río en su recorrido, las casamatas de la Pétrusse excavadas por los españoles en 1674.


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