El castillo de Peles fue construido por orden del primer rey de Rumania, Carol I, alrededor del año 1873. El Rey junto a su mujer lo utilizaban de residencia de verano. El castillo es de estilo romántico, tanto que recuerda a un cuento de hadas. El exterior es impresionante, con jardines alrededor, estatuas y estanques; pero el interior lo es, si cabe, aún más. Nada más comenzar la visita, te hacen ponerte unas zapatillas de tela encima de tus zapatos, para que no ensucies el interior. Y después, comienza un magnifico paseo por el interior del castillo, viendo las salas donde el rey mantenía reuniones, la biblioteca (con su puerta secreta y todo), la sala de música que tanto le gustaba a la reina...
La decoración es propia de un monarca, con espejos de cinco metros traídos de Venecia, cristal de Murano, alfombras de Irak, cuero repujado de Córdoba, madera artesanalmente trabajada, mesas del siglo XVI... Increíble.
Monasterio de Sinaia: Después de un peregrinaje a Jerusalén,el noble rumano Michel Cantacuzène decidió hacer construir un monasterio en los montes de Valaquia, una de las tres provincias históricas de Rumania. Situada bajo el vocablo de la Virgen, esta santa morada se iba a llamar Sinaia, por el monte Sinaí. A partir de 1695 el monasterio de Sinaia, apodado “la catedral de los Cárpatos” vigila el valle del río Prahova, en los Cárpatos meridionales.
Y después de la visita, volvemos a Bucarest, donde finaliza nuestro recorrido por Rumanía.
Un país que tiene muchas más cosas que Drácula y al que se puede viajar sin problema.
La Revedere ¡ ¡ Hasta la vista !
+ INFO: https://machbel.com/aprender-rumania/
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