29 jun 2011

BRASILIA, la ciudad utópica.

Brasilia, la capital de Brasil, fue inaugurada el 22 de abril de 1960, en la zona central del país. Sólo cinco años antes, la zona parecía un desierto, sin gente, con escasez de agua, algunos animales y plantas.

Fue Juscelino Kubitschek quien, nada más aterrizar en la Presidencia de Brasil (1956-61), puso en marcha los planes para trasladar el centro del poder desde Río de Janeiro hasta un rincón por entonces deshabitado en el estado de Goiás.

Durante más de 1.000 días, unos 60.000 trabajadores tomaron la región y, guiados por las directrices de los arquitectos Lúcio Costa y Óscar Niemeyer, dieron forma a una ciudad atípica que hasta hoy sigue evocando desde el cielo la forma de un avión.

Se levantaron edificios monumentales que representan la cumbre del modernismo nacional, entre ellos los Palacios de la Alvorada y de Planalto, la Catedral Metropolitana y la nueva sede del Congreso, con dos torres gemelas acompañadas por una semiesfera para el Senado y otra para la Cámara de Diputados.

Crearon también de la nada el lago Paranoá, un enorme estanque destinado a incrementar la humedad de una zona casi desértica y convertido en la actualidad en el 'hogar' de la tercera mayor flota de embarcaciones deportivas del país, un dato que llama la atención si se tiene en cuenta que la urbe dista 1.200 kilómetros del océano Atlántico.

En el año de su nacimiento, apenas 140.000 personas habían decidido llevar sus vidas a Brasilia. Hoy ya son más de 2.600.000 los habitantes de la capital, una décima parte de los cuales trabaja para el Gobierno o el Distrito Federal.

Sin embargo, la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987 queda lejos del idílico proyecto original que pretendía convertirla en un lugar sin división entre clases. Así lo demuestran informes oficiales donde salen a la luz las notables diferencias que separan, por ejemplo, el barrio elitista de Lago Sul -con una renta familiar equivalente a 20 salarios mínimos- y regiones pobres como Itapoã.

Desequilibrios que seguramente no estaban en el 'Plan Piloto' del urbanista Costa, como tampoco debía de figurar en las previsiones del presidente Kubitschek la plaga de corrupción que llegó a expandirse por los bajos fondos del Distrito Federal hasta llevarse por delante al gobernador -encarcelado durante dos meses- y a algunos de sus colaboradores.

Reducir las desigualdades y desinfectar la clase política son, por tanto, los desafíos pendientes para los siguientes 50 años. La utópica Brasilia camina ya hacia su centenario.

Hay que visitar:

  • El Complejo Cultural de la República es un centro cultural situado a lo largo del eje monumental, en la ciudad de Brasilia. Está formado por la Biblioteca Nacional de Brasilia y el Museo Nacional de la República.

Biblioteca Nacional

  • El lago Paranoá es un lago artificial gigante construido para aumentar la cantidad de agua disponible dentro de la región. Contiene la segunda marina más grande de todo Brasil, y es ideal para los amantes del  windsurf.

Lago Paranoà

  • El puente de Juscelino Kubitschek, también conocido como el puente del presidente JK o  puente de JK, cruza el lago Paranoá en la ciudad capital. El puente consta de tres arcos de acero asimétricos altos de 200 pies que se entrecruzan diagonalmente, guardando una longitud aproximada de 0.75 millas.Tiene una calzada o vereda peatonal que hace posible también el tránsito de ciclistas y patinadores.

Puente Juselino Kubitschek

  • La catedral de Brasilia, situada en el capital de la República Federativa del Brasil, es una obra del arquitecto Oscar Niemeyer. El 31 de mayo de 1970, la estructura de dicha catedral fue culminada, siendo visible únicamente el diámetro circular del área, de 70 mts.

Catedral de Brasilia

  • La Praça dos Três Poderes es una de las plazas más importantes de Brasilia. Su nombre deriva del encuentro de las tres energías o poderes alrededor de ella.

Estos son: el ejecutivo, representado por el Palácio  Planalto; el legislativo, representado por el Congresso Nacional; y la judicatura, representada por la Justiça de Palácio.

Actualmente es una atracción turística más. Fue diseñado por Lúcio Costa y Oscar Niemeyer como el lugar en donde las tres energías satisfarían armoniosamente.

DOS Três Poderes de Praça

 

+ INFO: http://www.caminandosinrumbo.com/brasil/brasilia/index.htm

 

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