3 sept 2015

COLOMBIA, un tesoro a descubrir.

Colombia concentra todos los ingredientes que la hacen un tesoro en América del Sur: dos océanos y 2.900 kilómetros de costa, los Andes, que se separan en tres cadenas de montañas, sitios arqueológicos únicos, reliquias coloniales, una rica flora y fauna, una diversa variedad de climas y una vida intensa.Plaza de Bolívar, Bogotá
Colombia, cuarto país más grande de Suramérica, posee la particularidad de estar bañado tanto por el Pacífico como por el Atlántico. Limita al norte con el mar Caribe, al este con Venezuela, al oeste con Panamá y el Pacífico, al sureste con Brasil y al suroeste con Perú y Ecuador.
El paisaje es básicamente montañoso, ya que los Andes -divididos en occidentales, centrales y orientales- cruzan el país de norte a sur ocupando casi la mitad de la superficie.

Independiente de esta cordillera, Sierra Nevada de Santa Marta, cercana a la costa caribeña, alberga los dos picos más altos de Colombia: el Cristóbal Colón, de 5.797 metros, y el Simón Bolívar, con 5.775. Al este de los Andes se extienden los Llanos y al sur la selva amazónica, donde aún habitan tribus indígenas. Esta variedad geográfica lo convierte en un país lleno de contrastes.
El territorio se completa con los archipiélagos de San Andrés, Providencia, Islas del Rosario y San Bernando en la costa caribeña y Gorgona y Malpelo en el océano Pacífico.

Bandera de Colombia                  Escudo de Colombia
Colombia estaba habitada por una serie de pueblos indígenas entre los que destacan los muiscas, que desarrollaron una importante civilización. Sin embargo, su fraccionamiento en clanes les dio desventaja frente a los españoles. Los primeros en llegar fueron Alonso Ojeda y Juan de la Cossa en 1508, a los que pronto seguirían otros, que fundaron las ciudades de Santa Marta (1525) y Cartagena (1533). La búsqueda del mítico El Dorado por parte de tres expediciones tuvo como resultado la fundación en 1538 de Santa Fe de Bogotá, la de Cali y el descubrimiento de casi todo el país.

Los movimientos independentistas se iniciaron a finales del siglo XVIII. La invasión napoleónica de España supuso su pistoletazo de salida en las regiones pertenecientes a la Corona española. El artífice de la independencia colombiana, el libertador Simón Bolívar, dirigió la ofensiva contra España, que finalizó en 1819 tras la batalla de Boyacá con la ansiada independencia. Tras ella Bolívar creó la Gran Colombia, que incluía a Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador. Sin embargo esta unión pronto finalizó.
En 1849 se formaron en Colombia los dos partidos que aún operan hoy: conservadores y liberales. La rivalidad entre ambos desencadenó la Guerra de los Mil Días en 1899, un conflicto civil. Hubo mucha rivalidad lo que llevo al país a un gran caos, con insurrecciones y guerras civiles que se sucedían con asombrosa regularidad. Los intereses de Estados Unidos en el canal propiciaron la separación de Panamá a principios del siglo pasado.
Tras una época de progreso y aparente paz, en 1948 se desataron nuevas luchas entre conservadores y liberales que dieron lugar a La Violencia, una guerra civil muy destructiva. Tanto, que ambos partidos decidieron respaldar un golpe militar como único medio para restablecer el orden en el país. Esto duró hasta 1957, cuando los dos partidos firmaron un acuerdo llamado Frente Nacional para alternarse en el poder cada cuatro años.
Las guerrillas surgieron en la época de La Violencia en gran número, cada una con su propia ideología y estrategia militar. La incompetencia de los distintos gobiernos aumentó su número y radicalidad. Refugiados en la selva, sus atentados y secuestros estaban a la orden del día. Los paramilitares, surgidos para luchar contra las guerrillas, no eran menos violentos. Otro importante elemento desestabilizador es el narcotráfico, establecido en torno a la cocaína, con famosos "narcos" como el desaparecido Pablo Escobar. Para complicar aún más la situación, en muchas ocasiones ambos problemas van juntos y los guerrilleros subvencionan sus actividades con el tráfico de cocaína.

En el año 2002, Álvaro Uribe  se convirtió en el primer presidente colombiano elegido por un partido diferente al Liberal o Conservador en más de 150 años, gracias a una coalición multipartidista que además logró reformar la constitución, que impedía la reelección inmediata y de esta forma Uribe obtuvo un segundo mandato en 2006. Su administración negoció un proceso de desmovilización de grupos paramilitares, y el ejército nacional continúa combatiendo a los grupos guerrilleros y paramilitares no desmovilizados. En 2010 fue elegido presidente Juan Manuel Santos, sucesor de Uribe, ministro del Interior, que estuvo implicado en la Operación Fénix, donde bombardearon el campamento de la guerrilla y abatieron a Raúl Reyes, dirigente de las FARC. Este hecho ocasionó una crisis diplomática con Ecuador (territorio don de estaba el campamento), Venezuela (Hugo Chávez apoya las FARC). Se rompieron las relaciones diplomáticas entre ambos países.
En enero de 2011, se han restablecido dichas relaciones.
El aspecto más destacado de la cultura colombiana es, sin duda, la literatura. Gabriel García Márquez, premio Nobel, es la figura más destacada del panorama literario. Periodista y novelista, se ha destacado por su forma de conjugar la descripción minuciosa de la realidad rural con mecanismos fantásticos e ilógicos que configuran el llamado "realismo mágico".

El máximo representante de la pintura colombiana es Fernando Botero, el artista vivo más prestigioso del mundo, famoso por sus cuadros de toros y toreros de voluminosas formas. Además, Botero ha conquistado grandes ciudades como París, Madrid o Buenos Aires con sus monumentales esculturas de figuras humanas, manos, abrazos, etcétera...
Las tendencias contemporáneas como el Pop-art están representadas en Colombia por el pintor y grabador Omar Rayo, que ha visto reconocido su trabajo con más de 20 premios internacionales.
En el mundo de la música se observan claras influencias españolas, antillanas e indígenas. Los ritmos más extendidos son el ‘bambuco’ y la ‘cumbia’.

Los colombianos son gente alegre y son amantes de las fiestas. En enero, comienzan las fiestas con el pintoresco Carnaval de Blancos y Negros, una celebración que tiene su origen en los días de la esclavitud. El testigo de la juerga lo recoge en febrero el Carnaval, destacando el de Barranquilla, que se inicia con la Batalla de las Flores y concluye con el entierro simbólico de Joselito Carnaval, el Carnaval del Fuego en Tumaco, provincia de Nariño, y el de la Isla de Providencia.

 
Este mes Cartagena de Indias celebra las fiestas de su patrona la Virgen de la Candelaria.
Tras la Cuaresma tiene lugar la Semana Santa, que alcanza sus máximas cotas en Popayán, Pamplona y Tunja.

En junio se celebra en Neiva, el Festival Folclórico y Reinado Nacional del Bambuco, festival consagrado a este ritmo colombiano. La cumbia también tiene su festividad, en julio en El Banco.
Medellín celebra una de sus fiestas más importantes en agosto. Cientos de campesinos bajan hasta la ciudad portando silletas engalanadas de flores con motivo del Festival de las Flores.
En diciembre se celebra en Tonga, el Agunaldo Boyacense, una fiesta popular y religiosa con disfraces, desfile de carrozas, sin faltar la música y el baile. Este mismo mes, Cali acoge su Feria, con máscaras, música y corridas de toros.

Lo imprescindible en un viaje a Colombia:
En Bogotá: el Museo del Oro, su patrimonio monumental, barrio de la Candelaria, la arquitectura de Salmona, el Museo Botero, la vista desde Monserrate, la Zona G, la Zona Rosa y el Parque 93.
En Medellín: conocer sus museos, sus parques, subirse en el teleférico y disfrutar de su Milla de Oro.
En el Triángulo Cafetero: las haciendas cafeteras, el valle de Cocora y pueblos como Salento y Filandia..
En Cartagena de Indias: su patrimonio monumental pero también una excursión a las islas de coral del Rosario.
Calle de Cartagena
En Cali: bailar salsa, acercarse a Popayán y explorar las antiguas tumbas precolombinas de Tierradentro.
En Santa Marta: el Parque de Tayrona y La Ciudad Perdida.
En la península de La Guajira: descubrir sus paisajes desérticos y conocer a su población indígena.
En Boyacá y Santander: practicar todo tipo de deportes de acción en lugares como San Gil y conocer el Parque Nacional de El Cocuy.
En el Amazonas: acercarse al Puerto de Nariño, al Lago Tarapoto y al Parque Nacional de Amacayacu.
También hay que conocer algunas de sus grandes fiestas: los carnavales de Barranquilla o de Blancos y Negros; la Semana Santa en Mompox, Ipiales, Popayán, Tunja o Pasto y la feria de Cali de diciembre y enero en torno a la salsa.
En gastronomía, la cocina colombiana es criolla, es decir, resultado de la mezcla de las gastronomías española e indígena. Aunque varía de una región a otra, el almuerzo en todo el país suele consistir en sopa llamada sancocho, de pollo, ternera o pescado y seco (arroz, carne, pollo, pescado, frijoles o lentejas y plátanos fritos o ensalada) como segundo plato y postre. Entre la rica variedad de platos típicos destaca el ajiaco, sopa de pollo con patatas y maíz.
La bandeja paisa tiene carne de vaca, chorizo, frijoles, arroz, plátano verde frito, huevo frito, chicharrón y aguacate. Típico de Tolima es la lechona, carne de cerdo rellena con arroz, mientras que en Nariño es muy popular el cuy, lechón asado.
Los tamales son envueltos de arroz, pollo y verduras. Las arepas, a base de masa de maíz, y el patacón, cuyo ingrediente base es el plátano verde frito, son platos versátiles ya que admiten gran variedad de rellenos y acompañantes, como verdura, carne y queso. Las empanadas con arroz, carne y verduras son muy populares con un poco de picante. En Santander se prepara una curiosidad gastronómica, las hormigas culonas fritas. En la zona también preparan pepitoria de chivo.
 

En las costas abunda el pescado y el marisco, ingredientes principales en recetas como la cazuela de mariscos, típica de la costa pacífica, o pescados fritos como pargo, ceviche y pez espada o el arroz con chipichipi, un pequeño molusco, en la costa caribeña. Típicos de la zona de Cartagena es el arroz con coco o liza -un pescado- o las langostas thermidor.
En cuanto a los postres, destaca una extravagancia llamada chocolate santafereño, relleno de queso. También están los dulces de coco, el peto, sopa dulce de leche y maíz, cocadas de ajonjolí, alfajores, patacón pisado (plátano machacado y frito) o bolas de tamarindo. Además, Colombia tiene una gran variedad de frutas exóticas entre las que destacan el zapote, la uchuva, la curuba, la granadilla, el maracuyá, el mamey, el tamarindo, la papaya, el mango y la piña, aparte de pomelos, mandarinas, ciruelas, melón o sandía.
Un buen almuerzo no puede finalizar sin degustar el célebre café colombiano. Se puede pedir tinto (café negro), perico o pintado (con un poco de leche).
Las bebidas alcohólicas más comunes son el ron, la cerveza y el aguardiente anisado. Muy populares son la chicha y el guarapo, preparados por fermentación de maíz o fruta en agua de panela o azúcar. Entre las no alcohólicas están los zumos, el salpicón, mezcla de zumos de frutas con jugo de naranja, el raspao o cholao (hielo picado con frutas y leche condensada) y la panela, azúcar sin refinar disuelta en agua caliente y acompañada de limón.

  

      
En compras, hay que destacar las esmeraldas, las mejores del mundo por su calidad, la variada artesanía, desde el sombrero vueltiao hasta los chivas, autobuses de cerámica, cestería, cuero, hamacas, carey, etc. Sin olvidar, el café, de los mejores del universo.
Colombia, por su inestable situación social, era un país no demasiado turístico para el viajero convencional, pero esto está cambiando y cuando vayas allí, como reza su eslogan, el riesgo es que te quieras quedar.
+ INFO: http://www.colombia.travel/es/turista-internacional/colombia

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